Recientemente participé como panelista en un evento, en el que se discutió el papel del Consejo de Administración en el fomento de la cultura ética en la empresa. Este artículo consiste en la primera entrega de mis reflexiones y punto de vista respecto del tema.
En la actualidad, se reconoce que la integridad en la empresa permite impulsar su desempeño financiero; más aún, la integridad tiene el potencial de contribuir a la mejora del desempeño humano, social y de innovación de la empresa. A pesar de ello, los Consejos de Administración frecuentemente dedican poco tiempo al tema.
Por lo general, los miembros del Consejo de Administración se enfocan en lo financiero, en supervisar la gestión de la Administración y en el manejo de situaciones de crisis. En cuanto a la necesidad de fomentar la cultura ética en la empresa, lo consideran una estrategia compleja, costosa y que toma mucho tiempo implementar y mantener con éxito.
Estos cuestionamientos se exacerban ante dificultades económicas como las actuales, derivadas de la pandemia del COVID-19, siendo común que algunos consejeros propongan u opten por postergar las inversiones en estrategias relacionadas con cultura.
¿Debe el Consejo de Administración participar en el fomento de la cultura ética en la empresa?
En mi opinión, los Consejos de Administración deben participar en el fomento de la cultura ética en la empresa. En la actualidad – esta participación ha dejado de ser un “nice to have”, para convertirse en un “must” y así lo están empezando a reconocer algunos Consejos de Administración, pero muchas veces no les queda claro por qué y mucho menos, cómo hacerlo.
Considero que, en esos casos, es importante que se dedique el tiempo necesario para capacitar a los Consejeros sobre los beneficios de fomentar una cultura ética en la empresa, el papel que juega el Consejo de Administración en su fomento y cómo desempeñarlo con éxito.
¿Por qué tendría que involucrarse el Consejo de Administración en el fomento de la cultura ética en la empresa?
En mi experiencia, los argumentos que resultan más efectivos para concientizar al Consejo de Administración sobre las ventajas que representa fomentar la cultura ética en la empresa y la importancia de asegurar que ese fomento se lleve a cabo desde el propio Consejo y la Alta Dirección, son los que menciono a continuación, debiendo aclarar que estos argumentos no son excluyentes entre sí:
- Una cultura ética protege a la empresa frente a riesgos regulatorios
La legislación mexicana contempla la responsabilidad administrativa y penal por parte de las personas morales por la actuación de sus representantes.
Sin embargo, recordemos que también señala que contar con un debido control (es decir, contar con un programa de integridad empresarial, en el ámbito administrativo, o un sistema de controles efectivos para prevenir la comisión de delitos, en el ámbito penal), puede constituir un atenuante de responsabilidad administrativa y un eximente de responsabilidad penal.
Lo anterior significa que existe un aliciente para el Consejo de Administración de contar con una cultura ética y de cumplimiento en la empresa que permita proteger a ésta, en caso de incurrir en responsabilidad por estos conceptos.
- Una cultura ética contribuye a una mayor rentabilidad financiera
Mi segundo argumento se enfoca en el desempeño financiero de la empresa, y por eso suele ser un argumento más convincente y atractivo para los Consejeros y para la propia Administración.
En efecto, se cuenta con varios estudios que demuestran que una cultura sana representa una ventaja competitiva para la empresa frente a sus pares y contribuye a que la empresa alcance una mayor rentabilidad financiera.
Esto sucede porque fomentar una cultura ética genera una serie de beneficios que incluyen la efectiva mitigación de riesgos, al producir un mayor nivel de cumplimiento regulatorio e institucional, lo cual permite ahorros por menores multas y evita distracciones del personal, al tener que asignarlos a procesos de remediación.
Pero este no es el único beneficio derivado de una cultura ética… Entre muchos otros beneficios, también se pueden mencionar:
- Confianza y lealtad a la marca, incluso en períodos difíciles
- Mayor credibilidad y solidez reputacional y de imagen corporativa
- Procesos operativos más efectivos y eficientes debido a una mayor cooperación entre el personal
- Mayor productividad de los empleados
- Niveles más bajos de rotación de empleados; mayor satisfacción laboral, motivación y compromiso de los empleados
- Facilidad de atraer talento de alto potencial.
- Mayores niveles de satisfacción de los clientes (si el empleado se siente bien y está agradecido con la empresa, así lo transmitirá al cliente; ¡es contagioso!), dando lugar a una mayor participación de mercado a largo plazo
- Mayor resiliencia y mejor gestión del cambio
- Fortalecimiento de la cultura de innovación, entre otras razones, porque se fomenta la diversidad, la colaboración y la creatividad
Más aún, y algo que suele convencer a aquellos consejeros que consideran que los beneficios anteriores son sólo accesorios y menos relevantes, una de las mayores ganancias que obtienen las empresas con culturas de ética y cumplimiento robustas es que son mucho más atractivas para los inversionistas, al crear un entorno favorable a la inversión a largo plazo. En la actualidad, es común ver que los grandes fondos de inversión de capital privado condicionen sus inversiones a que la empresa objetivo fortalezca y solidifique su cultura de ética.
- Una cultura ética apoya la agenda de responsabilidad social de la empresa
Por último, hay un tercer argumento que se relaciona con el comportamiento socialmente responsable de la empresa.
Resulta difícil concebir una empresa socialmente responsable que no considere la perspectiva ética en sus actuaciones o, dicho de otra manera, toda empresa ética reconoce sus responsabilidades sociales hacia los grupos de interés, más allá de atender solo los intereses de sus accionistas.
En la actualidad, los consumidores favorecen cada vez más a las empresas socialmente responsables. Teniendo en cuenta lo anterior, es importante que el Consejo de Administración asegure que la ética y la responsabilidad social vayan de la mano y sean congruentes, en protección de la reputación e imagen de la empresa. Esa congruencia permite dar sustento a la agenda de responsabilidad social de la empresa, evitando que sus iniciativas sean consideradas simples esquemas de “greenwashing”.
¿Persisten las dudas sobre la necesidad de involucrar al Consejo de Administración en el fomento de la cultura ética en la empresa? Analicemos algunas problemáticas recientes…
Eventos globales recientes como los movimientos #metoo y #blacklivesmatter, así como el creciente interés por los asuntos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), han demostrado que una cultura ética sólida puede proteger mejor a una empresa contra el sentimiento público negativo, en un momento en el que las expectativas de comportamiento social están cambiando rápidamente.
Si bien es más fácil para el Consejo de Administración, en momentos de incertidumbre, pasar por alto sus responsabilidades relacionadas con la ética y la conducta, es importante reconocer que tener líderes empresariales éticos y una cultura de cumplimiento sólida basada en valores éticos puede ser uno de los componentes individuales más críticos para poder enfrentar mejor esta tormenta.
En particular, la pandemia de COVID-19 está obligando a los Consejos de Administración a reevaluar las prioridades de sus empresas en muchas áreas, especialmente conforme se preparan para la reactivación empresarial bajo la nueva normalidad. Ante esto, la salud y seguridad en el lugar de trabajo (incluyendo, el incremento de condicionamientos de estrés excesivo, ansiedad y otros riesgos psicosociales); las dificultades financieras del personal; las necesidades de trabajo flexible; y la necesidad de fortalecer los controles de prevención del fraude interno, han comenzado a ocupar un lugar destacado en la agenda del Consejo.
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Resumiendo, es importante que se le haga ver a los Consejeros que la promoción de una cultura de ética eficaz en la empresa, es un tema que debe ocuparlos y en el que deben involucrarse proactivamente.
Invertir en mantener una cultura ética y de cumplimiento en la empresa, permitirá al Consejo de Administración proteger a la empresa frente a riesgos regulatorios y mejorar su desempeño financiero, al mismo tiempo que apoyan y contribuyen a las acciones de responsabilidad social de la empresa. La decisión del Consejo de Administración de no invertir o postergar la inversión en una cultura de ética puede, en cambio, generar mayores costos para la empresa ya que la puede hacer incurrir en riesgos reputacionales y regulatorios, con las consecuentes multas a las que haya lugar.
Esto es un tema especialmente relevante para cualquier Consejo de Administración en la actualidad, si se toma en cuenta la influencia que están teniendo un sin número de temas no-financieros (sociales, ambientales, raciales, etc.) en el éxito y los resultados de las empresas.
Nota: Puedes leer la segunda entrega de estas reflexiones en http://bit.ly/2MM0ETP, en la cual comparto mi visión sobre la manera en que el Consejo de Administración puede fomentar la cultura ética en la organización.